El día de la liberación de los niños


El 26 de abril se recordará como el día de la liberación de la infancia en nuestro país. Pocos días los niños han sido tan protagonistas como hoy, cuando podían por fin salir a la calle. El telediario ha abierto con la imagen de niños corriendo por la calle. Y parece como si la alegría hubiera vuelto, por fin, a nuestras ciudades. Debo reconocer que no me gustaba salir a la calle durante el confinamiento. Las calles vacías y silenciosas, por las que solo caminaban personas solas,  me parecían siniestras, como si algo malo estuviera a punto de suceder o hubiera sucedido ya -como así ha sido, la verdad- y yo fuera la única que no se había enterado y no se había puesto a salvo.
Hoy, de ahora en adelante Día de la Liberación de la Infancia, los niños han podido salir tras seis semanas encerrados entre cuatro paredes. Y las calles se han llenado de pequeños con sus patinetes, sus bicicletas, sus balones y hasta sus disfraces (la ocasión lo merecía, a ver quién se lo iba a negar). Hoy en las calles parecía que fuera el Día de Reyes, solo que con juguetes usados. La misma alegría y la misma sensación de descubrimiento. Y qué maravilla oír de nuevo voces por la calle, casi parecía que habíamos vuelto a la vida de antes. Yo salí con mi hija (11 años, aunque el último casi no cuenta porque lo ha cumplido en confinamiento y está sin celebrar y prácticamente sin estrenar). Dimos un paseo alrededor de un parque cerrado y nos asombramos al ver que en solar sin edificar habían crecido infinidad de amapolas y dientes de león convirtiendo aquel espacio en desuso en una fiesta de la primavera. Nos dio el sol en la cara porque, a pesar de que habían anunciado lluvia, hacía un día precioso. Entramos en el supermercado las dos juntas, pagué gustosamente el consiguiente 'impuesto revolucionario' en forma de caprichos (Nutella y chocolate relleno de Oreo), fuimos al kiosko a comprar el periódico, y volvimos a casa caminando lentamente. Qué poquito nos hacía falta para ser casi felices del todo. 

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